Carla Ochoa y Negro Piñera: La historia de amor que terminó de la peor manera

En 1995, el reconocido empresario nocturno e intérprete de La Luna Llena, Miguel «Negro» Piñera, quedó fascinado por Carlita Ochoa, una joven de 16 años que disfrutaba junto a sus amigas en Reñaca. Con su característico estilo, que incluía cabello largo, vestimenta oscura y una Harley-Davidson, Piñera intentó conquistarla con invitaciones a sus presentaciones y dedicatorias musicales. Si bien en un principio ella no mostró mayor interés, con el tiempo desarrollaron un vínculo que generó el descontento de su familia, en especial de su hermano mayor, quien decidió no hablarle durante tres meses en señal de desaprobación.
La relación se formalizó cuando Ochoa cumplió 18 años, lo que dio inicio a un noviazgo ampliamente expuesto en los medios de comunicación, con viajes, entrevistas y apariciones públicas. En el programa Viva el Lunes, el estelar de mayor audiencia de Canal 13, la pareja hizo una comentada aparición, con Carlita convertida en una figura mediática, vistiendo un pantalón ceñido y un top tipo bikini. Sin embargo, en 2001 comenzaron las dificultades cuando la joven anunció su embarazo, generando rumores sobre la paternidad de la niña. Finalmente, el 22 de abril de 2002, Miguel Piñera hizo pública su versión de los hechos mediante un comunicado, redactado con la ayuda de su hermano Pablo, en el que afirmaba: «No soy el padre de la hija de Carlita. Ella me lo dijo. Lo he sabido hace tiempo, pero soy un caballero».
Tras la separación, Ochoa se refugió en su familia y en el verdadero padre de su hija, Karim Pichara, quien en ese entonces era estudiante de Ingeniería Comercial. Para su círculo cercano, Piñera manejó la situación de una manera poco adecuada, emitiendo declaraciones públicas y comentarios que generaron malestar. No obstante, con el paso del tiempo, las diferencias quedaron atrás y, más de una década después, durante la Gala de Viña, Carlita y el «Negro» protagonizaron un emotivo encuentro en el que compartieron un abrazo, un beso y muestras de afecto en backstage, lo que fue considerado su reconciliación definitiva.