¿Tabú en Chile?: Asistencia sexual para personas en situación de discapacidad

La asistencia sexual abre un debate entre el derecho al placer corporal y las críticas que la vinculan a la prostitución encubierta. Personas con discapacidad entrevistadas por La Vanguardia defienden este servicio como una herramienta para ejercer su autonomía y conectar con su cuerpo. Según Antonio Centeno, responsable de asistenciasexual.org, se trata de una práctica clave para que las personas con diversidad funcional puedan conocerse sexualmente y no depender de otros.
Desde el activismo feminista abolicionista, sin embargo, se cuestiona duramente esta figura, calificándola de forma de explotación, similar a la prostitución. Mientras asistentes como Mon García señalan que no hay contacto sexual directo y que actúan como una extensión del cuerpo del cliente, las críticas insisten en que el problema es estructural, más allá del consentimiento individual. En palabras recogidas por La Vanguardia, García aclara que no se trata de una relación sexual recíproca, sino de facilitar el acceso corporal bajo condiciones claras y consensuadas.
En Chile, este sigue siendo un tema tabú: apenas se discute públicamente y no existen políticas claras al respecto. Los testimonios recogidos por La Vanguardia muestran que, pese a los beneficios que reporta este servicio para quienes lo utilizan, el alto costo, la falta de regulación y el prejuicio social continúan siendo grandes barreras. El debate gira entre el reconocimiento de un derecho básico y las tensiones éticas que plantea su ejercicio.